Alejandro Sanz dio su último concierto del año en Miami, y lo aprovechó para vengarse y burlarse de Hugo Chávez, por no permitirle hacer escala en Venezuela dentro de su gira de conciertos por Sudamérica. A pesar de este inconveniente, el madrileño encandiló a los miles de personas que asistieron entusiasmados al derroche de sonido y fuerza en la bahía de Vizcaya.
A mitad de camino entre improvisado y premeditado, la frasecita polémica se produjo a mitad del concierto, cuando Sanz cantaba Labana, canción con nombre y letra significativas, en la que opina sobre la situación cubana: "Espera sólo un poco más, quiero explicarle a los míos por qué La Habana es la ciudad donde los sueños aprenden a nadar....es como hablarle a la pared (dame, dame libertad) los muros piden a gritos y dicen que a La Habana no se va a echarle canas al aire, maldito, maldito sea este mundo, me quiero llevar a mi negra...".
Entonces, una chica se acercó al escenario y le dio una bandera venezolana. El cantante se colocó la enseña en el cuello, casi como una capa y la ondeó. Al final de la canción, se dirigió hacia atrás, recogió una camiseta negra y la mostró al público. En letras blancas se leía:
"Chavez sucks (Chávez apesta)". Si las alusiones a Cuba arrancaron aplausos atronadores, con este epílogo arreciaron. Se unieron todos.
Tras desgranar canciones ya clásicas, como El alma al aire o Y si fuera ella... y otras de su "Tren de los Momentos", Sanz cantó dos más al piano ("Por fin solos", bromeaba) y terminó interpretando No es lo mismo. Dejó siempre muchos guiños al público: "Ustedes son mi regalo de Navidad. No me quiero ir. Como se me ocurra otra canción más, no me voy", llegó a comentar. "Miami es mi casa y quiero agradecerles su complicidad. Que Dios los bendiga y Feliz Navidad".
Alejandro Sanz está que no para. Irá a Nueva York, al Madison Square Garden, el 25 de enero, para seguir su gira estadounidense; el 27, estará en Boston; el 30 en Washington; el 1 de febrero en Atlanta, y, terminará el 2 en Rosemont, Chicago.
Pues sin duda, no podemos negar que Alejandro Sanz deja huella allá donde vaya... Una persona sin pelos en la lengua, no se calla las injusticias. Artista fuera y dentro de los escenarios :)